¿Sabías que el 45% de las frutas y vegetales que se cosechan en todo el mundo se desperdician?
La cantidad equivale a aproximadamente 3,700 millones de manzanas.
También se desperdicia el 30% de los cereales producidos, o 763,000 millones de cajas de pasta.
Todo esto en contraste en un mundo donde hay 821 millones de personas subalimentadas.
A continuación tienes algunos consejos que aplico en mi día a día, que me han ayudado muchísimo a disminuir el desperdicio de comida:
- Planificar un Menú: ya sea un menú semanal o mensual, planificar tus comidas hace que conozcas los ingredientes y cantidades de los productos que necesitas.
- Lista de Compras: del paso anterior pasamos a una lista de compras, donde al conocer el menú que tienes planificado, evitarás ir al supermercado a «improvisar» las compras.
- Almacenar adecuadamente tus alimentos: conocer cómo almacenar tus alimentos, ya sea en la nevera o en el congelador, de manera adecuada, hará que los mismos se mantengan en optimo estado hasta la hora de ser utilizados. Utiliza bowls de vidrio para guardar y congelar los alimentos, o bolsas especiales reutilizables.
- Calcula adecuadamente tus porciones a la hora de cocinar: No cocines en exceso, cocina las porciones adecuadas para las personas que van a comer y si sobra algo de comida, siempre asegúrate de congelarla o guardarla para otro momento.
- Revisa constantemente las fechas de expiración: Revisa tus armarios y nevera cada cierto tiempo para asegurarte que los productos que tengas estén en fechas aptas para consumo. Recuerda poner adelante aquellos productos próximos a vencer y de esta manera asegurarte de usarlos pronto y evitar su desperdicio.
- Aprovecha los alimentos que estén por vencer: En nuestra casa nada se pierde, si tengo algunas hierbas o vegetales que esten por estropearse los utilizo para hacer alguna salsita o aceite con sabor, o hago cubitos de aceite con hierbas y los congelo. Una sopa o crema con todos esos vegetales que están por pasarse siempre es una buena solución.
Seamos mas concientes a la hora de administrar nuestros recursos.
Recuerda, lo verde empieza en casa 😉